Hoy os explicamos como preparar un hummus con aceite de oliva virgen extra. ¡Una receta naturalmente buena y sencilla!
En árabe, “hummus” significa simplemente garbanzo. Es una comida que aporta un toque de lo más nutritivo y exótico a nuestra dieta.
Es un plato de lo más internacional ya que es típico de muchos países, desde Grecia hasta Arabia, incluyendo Chipre, Turquía, Líbano, Armenia, Siria, o Israel.
Si os fijáis todos estos países son también parte de la cultura del aceite de oliva virgen extra. Tienen el olivo por uno de sus principales cultivos y utilizan su aceite de forma recurrente dentro de su gastronomía.
Al igual que el aceite de oliva virgen extra la popularidad del hummus ya hace tiempo que se ha extendido por todo el mundo. No es de extrañar ya que además es un plato que los vegetarianos podrán consumir sin ningún problema … y está buenísimo.
¿Qué es el hummus tradicional y cómo se presenta?
El hummus en realidad no es otra cosa que un puré de garbanzos machacados con un tenedor o en un mortero.
Tradicionalmente suele llevar una pasta de harina de sésamo llamada tahina, y por supuesto, aceite de oliva virgen extra.
El plato se redondea con ajo, y jugo de limón. Veremos que este plato suele presentarse adornado con una pizca de pimentón por encima.
Cómo hacer hummus buenísimo con aceite de oliva virgen extra
¿Alguna vez te has preguntado cómo hacer un buen hummus? La respuesta es clara y contundente: utilizando un buen aceite de oliva virgen extra. El bueno hummus es suave, cremoso y sedoso.
Realmente, para bordar-lo, es un plato donde sólo necesitamos buenos ingredientes, sacudirnos la pereza y utilizar los garbanzos secos para en vez de conserva. Es así como se prepara en los países de origen de este delicioso manjar.
Paso 1: remojamos garbanzos
Este paso es fácil, pero requiere cierta atención. Piense que los garbanzos doblarán más o menos su tamaño para que absorben el agua. Así que intente no hacer corto. Las proporciones estándar, serían utilizando unos 850ml para 600 g de garbanzos.
Paso dos: cocinar los garbanzos
Escurrir y aclaramos los garbanzos, luego los colocaremos en una olla grande u olla a presión y los cubriremos con agua. También si lo deseamos añadimos algunos dientes de ajo, y un poco de bicarbonato, que siempre ayuda a aflojar la “piel” de los garbanzos y los hace más fáciles de pelar.
Paso 3: retiramos la piel de los garbanzos
En occidente casi siempre nos comemos los garbanzos con piel, pero necesitaremos retirarla si deseamos conseguir un hummus realmente suave.
Simplemente “pinzamos” cada garbanzo entre los dedos una vez se hayan enfriado. Con una buena banda sonora de fondo puede hacerlo fácilmente en poco tiempo.
Paso cuatro: hacemos un puré de garbanzos
Añadimos los garbanzos pelados y los ajos cocidos en un utensilio de cocina que le permita pasar la batidora. Normalmente tenemos en casa un utensilio giratorio de la batidora … o si sois afortunados, quizá tengáis a vuestro alcance un robot de cocina.
Mientras hacemos este puré habrá que ir vertiendo 60-120ml de zumo de limón (la cantidad depende un poco de si os gusta mucho o poco el limón) y sal. Esto ayudará a ir consiguiendo una pasta más fina y cremosa.
La hora del aceite de oliva virgen extra
Añadimos a la pasta 140 ml de aceite de oliva virgen extra, lo que vendría a equivaler un vaso o media taza … Con este paso conseguiremos equilibrar los ácidos grasos y mejorar la textura de nuestro hummus.
Pelaremos cuatro dientes de ajo. Para mucha gente en realidad dos granitos de ajo son más que suficientes para preparar medio kilo de garbanzos.
Paramos la batidora, y picamos el ajo fino sobre nuestro hummus.
Llegados a este punto ahora conviene que esperemos 2-3 min y dejar la mezcla reposar un poco antes de seguir redondeando la textura con la batidora.
Servimos el hummus … algunos consejos
- El hummus suele servirse frío, con hojas de menta como adorno o con una pizca de pimentón por encima. Podéis distribuirlo sobre una rebanada por pan (¡o tomarlo directamente a cucharadas!).
- Si realmente queréis hacerlo “bien” no os olvidéis de utilizar el típico pan de Pita para mojar la receta.
- Para los que “odien” el ajo, que son muchos, puede resultar la sustitución del ajo por comino en polvo.
- Para muchos, especialmente si lo habéis comido desde pequeños o sois originarios de algún país donde se hace el Hummus, este debería contener Tahina. ¡Es cierto! Es una pasta de sésamo que cuesta un poco de encontrar en el supermercado. Normalmente se compra en botes de cristal y se suele vender en las tiendas especializadas o comercios de estilo halal. También es cierto que, para muchos, la Tahina en realidad hace el hummus más pesado y pegajoso, más difícil de limpiar y no tan sabroso… pero eso ya lo dejamos a vuestro criterio de elección.